Más injusto que el hecho de que sea injusto es que el mal siempre es doble. ¿Por qué doble? Porque en la gran mayoría de los casos la persona receptora del mal además de lo que sea que le hayan hecho, carga con la frustración, la impotencia y el famoso rencor.
¡Claro! La solución siempre está en que el susodicho o la susodicha entienda que tiene que perdonar, no guardar rencor, dejar ir y sobretodo darse cuenta de que siempre va a ser así. Sí, siempre que te hagan daño, no va a ver nada que lo detenga ni nada que lo castigue. Al contrario, sólo es un aviso de lo que vendrá el resto de tu vida :)
Sé que no debería estar escribiendo textos emo, pero es que de verdad ya estoy harta. Ni siquiera alcanzo a contar las veces que se han aprovechado de mí. Y no solo gente ajena, los amigos y la familia son los primeros que en cuanto ven que pueden exprimirte, no dudan ni un momento para hacerlo. Les ayudas, los consuelas, dejas de hacer lo que estés haciendo (así tengas que desvelarte toda la noche para ponerte al día con la tarea que interrumpiste, que por cierto, era en equipo pero la harás sola) por ir a salvarlos. Incluso cuando piensas “Ay no, no puedo hacer esto porque fulanito podría sentirse mal“ pero llega su turno y ¡Mangos! qué les importa si lo que deciden te afecta, te hará daño, si es egoísta, ¡Nada! a ellos los beneficia y eso es más que suficiente.
Espero que los que lean esto (si es que alguien alguna vez lee esto) no se lo tomen personal, es solo que ya no aguanto. Alguna vez tuve una banda con malos músicos y dejé que mal-tocaran mis composiciones porque eran mis amigos y ni modo de correrlos. Alguna vez una banda me tuvo a mí, una banda con los mismos amigos, que en cuanto no me salió el ritmo me sacaron, me cambiaron por el wey ese que toca bien padre y ah, se quedaron con mi letra. Alguna vez tuve un amigo al que le di de comer, lo ayudé con su tarea y lo llevé a su casa, el cual contó todas mis confidencias y no titubeó en decirle a mi prospecto que para qué quería andar conmigo, si tan fea que estaba. Alguna vez una chica me contó paso por paso lo que hizo con mi novio y acabando su historia la ayudé con su tarea. Sí, lo sé, eso no es bondad es estupidez, pero hay veces en que no puedes dejar de hacerlo. Así como esas historias tengo miles, y de verdad ya me harté.
Lo peor del caso es que el mal siempre viene doble. Uno tiene una vida dedicada a ayudar a los demás y aguantarte lo que te hagan y entonces... te sacan el apéndice de emergencia. Igual siempre he agradecido al señor no ser una perra maldita, pero como veo las cosas, creo que más valdría serlo.