martes, 29 de diciembre de 2009

Magic place, frantic lake

Me pregunto si todos ven lo que yo veo
Cuando poso mi vista en el agua de cristal
Me pregunto si todos ven lo que yo veo
Cuando en su reflejo está el dilema existencial

El sol se refresca alegre en aguas sinceras
Los niños se sienten seguros al encontrar el fondo
Pueden verse las figuras de peces enteras
Su belleza está en que no es tan hondo

Me pregunto si carezco de sinceridad
O si mi mirada es todo excepto estrecha
Me pregunto si lo digo con honestidad
O si de camino soy solo una brecha

Luz, luz que dar, que compartir
Y tratar de esconder
Lo que el viento grita por el norte
Llorar sin nunca perder el porte

Saben, si buscan, lo que encontrarán
La superficie no es más que un portal
A lo que la transparencia del agua ya reveló
O que el colorante trató de desaparecer

De que me sirve fingir misterio
O de que me sirve ser sincera
Si sabes, pero nunca sabrás nada
Serán simples conjeturas lanzadas al fuego

Una sonrisa cálida
Una mirada fría
Una broma sincera
Una lágrima engañosa

Me pregunto si todos ven lo que yo veo
Cuando poso mi vista en el agua de cristal
Me pregunto si todos ven lo que yo veo
O una vez más, soy fácil de engañar

lunes, 28 de diciembre de 2009

El nombre del viento

Nunca había tenido este sentimiento, o tal vez sí, pero no me acuerdo. Pero es tan fuerte que me invade la necesidad de compartirlo, incluso de compartirlo con un ordenador y un montón de lectores inexistentes. No confío en mis impulsos, a pesar de ser impulsiva por naturaleza. Pero uno no puede controlar lo que siente, y lo que siento ahora es muy difícil de describir.
Luego de la monotonía y la soledad, me quedaba un recuerdo en la cabeza. No era vano, ni sutil. Era como un taladreo constante, una imagen que se niega a salir, por más que apretara el botón de cambiar de diapositiva.
Entonces vino. Llegó y se fue, sin inmutarse, sin saber lo que pasaba dentro de mi. Al verlo entrar un par de manos heladas oprimieron mi pecho, mientras otra estrujaba mi estómago. Un cosquilleo recorrió cada centímetro de mi piel. Salí de la habitación pensando que si verlo provocaba la reacción, alejarme la pararía.
Al llegar al tocador noté que mi corazón había acelerado su ritmo considerablemente, podía oir su palpitar acompañado de mi ruidosa respiración. Miedo. No, algo más que eso. Algo que no es dulce como el amor, pero que no es odioso como el miedo, una situación intermedia que tuviera que ver con el posible rechazo de una estrella inalcanzable.
Como instinto femenino, me miré al espejo para corroborar que la imagen que ofrecía era decente, si no es que atractiva. Respiré y bajé con cautela, pensando cada uno de mis pasos. Un saludo cordial, un poco de plática y después: silencio. Esa clase de silencio que congela la sangre y detiene el reloj a tu alrededor. Noté como el silencio atrajo de nuevo las manos invisibles que comenzaron a oprimirme, así que me precipité a llenar ese silencio con anécdotas vacías e historias vagas.
Noté su mirada sobre mi como la de un inquisidor. Me ruboricé y cesé mi barullo al instante. HIzo mención sobre el clima, se disculpó por que su estado no era del todo agradable, y sólo deseaba estar solo. Así como vino, se fue.
Vi el ondear de su capa salir por la puerta principal y fingí indiferencia, dándole otro trago a mi copa. Traté de no hacer la más mínima señal de debilidad y subí a mi habitación con paso seguro. Pero al cerrar la puerta me desplomé y sentí como las manos frías se apoderaban de nuevo de mi pecho, y la sensación extraña destrozaba mi estómago. Entonces, mientras apoyaba mi cabeza en las rodillas, deseé nunca haberte conocido.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Unknown 4

Te extraño aunque no seas más que una irrealidad en mi pensamiento. Extraño tu sonrisa que he visto más veces en mi imaginación que en la realidad. Trato de evitar que las imágenes se hilvanen en mi mente para llegar a ti otra vez, sin embargo, me sorprendo buscandote entre la multitud, a pesar de saber que estás ausente.
Extraño hablarte, aunque muchas veces me centre más en lo no dicho que en las largas hileras de palabras. Quisiera decir que siento haber pensado lo que pudo ser antes de que fuese, o antes de tener una oportunidad para aclararlo. Quisiera tener valor para envolverte en un abrazo y no dejarte marchar, decirte lo que espero que me digas, dejar de fingir paciencia con miradas tímidas y largos silencios.
Pero es mucho mayor el miedo de perderte, de perder lo poco que puedo yo tener de ti. Sonríe y yo lo haré contigo, si lo quieres, podemos hablar eternamente y prometo no pensar en lo nunca dicho.
Podré otra vez regresar a la inexistencia de tu voz jamás escuchada, a la imaginación de tu mirada, a aquella mirada que no llega a tus labios porque nunca comenzó a mirar el cielo en una vaga esperanza. Dime, o no me digas nada, simplemente no te vayas.

Sinfonía lunar

Reflejada en el vasto océano
Su inmensidad me inspira soledad
Brilla redonda y amarilla
Trayéndome canciones de cuna
Cantando melodías de luna

La brisa le hace coros
Como ángeles decembrinos
Rompen las olas en tambores
Sinfonía lunar y todos los honores

Miro al cielo y me estremezco
Me hundo en su negro infinito
El olor a agua marina
Me recuerda a la estrella invisible
y al débil susurro de mi alma ensimismada

No sé en que pienso
Si pienso en ti, en mi, en nada
Palabra sobre palabra
Más que tinta, sentimiento

lunes, 14 de diciembre de 2009

Palabras y pensamientos

Tu recuerdo asiduo en mi mente
Atenaza mi ser que deviene en miseria
Así como inicua fue su presencia
Así de tranquilizante es la tuya

Pienso, y sigo in albis
Es mi denuedo por no pensarte
Pero mi mente, ¡Qué necia!
Sigue en tu busca constante

Que tanto he tardado en diquelar
La sensación que hormiguea en mi interior
Que cuando la Bora llega y hiela
En tus brazos encuentro el calor anhelado

Es una luz intensa en tono azur
Oscura por ser ignota
Que cuando revela su esencia
Trae la sonrisa más pura

Mírame y trae tu alma contigo
Para poder entregarte la mía
Que si hubiera una palca en nuestros destinos
Jura que te quedarías conmigo