lunes, 21 de marzo de 2011

Poema para una idea

El otro día Cupido me dio un flechazo. Así a la brava. Simplemente vi un dude, cantante de un trío, de esos que van por los restaurantes pidiendo moneditas y dije OMG me caso! De que me caso, me caso, dije. Pasado el momento dije ok, igual y no me caso, pero bueno, fue agradable imaginar toda la historia novelesca de un amor por cartas y todo el show, y hasta acabé con mi poesía barata de siempre. Ahí les va el soneto de... llamémosle el chico de la voz de ángel y los hoyitos al sonreír.


Quisiera soñar siempre tu figura
Que nunca te vayas de mi memoria
Que aunque ni exista tu suave hermosura
Se teja en mi mente nuestra historia

Ojalá te decidas a escribirme
Para darle rienda suelta a mi pluma
Y si tu corazón quiere seguirme
Mostrarle caminos hechos de espuma

Tienes el encanto de un ruiseñor
Y la mirada de un gato negro
razón suficiente para darte mi amor

Un segundo de ti para escribirte
Una idea fabricada para pensar
y un puñado de sueños para volar

jueves, 17 de marzo de 2011

Llamar y colgar.

Llamar y colgar es algo que muchas adolescentes hacen cuando les gusta algún chico. Yo siempre pensé que era uno de los síntomas más estúpidos del enamoramiento.

Ahora tengo unas ganas desesperadas de llamar y colgar. Solo oírte decir “bueno?“ y soñar con tu voz el resto del día. O mejor aún, cómo me gustaría que llamaras y colgaras, aunque sea por accidente, tu teléfono marcó solo mi número. Entonces tendría un pretexto para devolverte la llamada y preguntarte “¿Qué ocurre?“ y de paso alargar un poco la conversación.

Creo que son estos extraños deseos los que me hacen pensar que tener un teléfono es lo peor que una puede hacer en estos casos.