viernes, 13 de agosto de 2010

Regrets

Cuando uno se arrepiente, normalmente se arrepiente más de lo que no hizo que de lo que sí.
En lo personal, yo no me arrepiento de nada de lo que he hecho (más que de lo llamado "lo que nunca existió...", pero eso es otra historia). Pero siempre que pienso en lo que no hice, se siente raro. No sé por qué, pero me dieron ganas de hacer una lista de lo que tenía ganas y nunca hice contigo (tú, persona a quien este escrito no va dirigido y que espero que nunca lo leas)
Ahora que ya no estás, creo que se quedará en mi imaginación. Por cierto, la mayoría de las cosas son imposibles pero me vale madres, igual es lo que quería hacer contigo.

1. Viajar en globo aerostático. Con comida y todo, sobre campos verdes.

2. Ir al Caribe. Dondequiera que eso se encuentre. Y ya estando allá, ¿por qué no? Subirnos a un buque al estilo García Márquez

3. Inscribirnos en un concurso de cortometraje (ahora sí) y ganar

4. Ir a cenar al restaurante "bésame mucho" (el del director de la escuela de Vato) o al que está por la catedral que es carísimo. Claro, tú de traje, yo de vestido de noche, y bailar danzón o lo que sea que bailen las personas nice en las cenas elegantes.

5. Ir a Zacarías a escuchar a Memo tocar.

6. Tocar juntos en una banda.

7. Claro, si hacemos eso, actuar juntos en una obra.

8. Empaparnos en la lluvia y brincar charcos.

9. Escapar a Pátzcuaro sin avisarle a mi madre.

10. Regresar a Zirahuén.

11. Ver quisiera ser millonario y Voces inocentes

12. Un fin de semana en Atlihuetzia, Tlaxcala

13. Ir al museo de tortura en Halloween. Disfrazados.

Y muchas otras cosas que ahora no me acuerdo pero que conforme las recuerde iré poniendo en este post. ¿Para qué? Sin utilidad específica, o por puro masoquismo tal vez. Lo que sí es que no importa que pase, igual me la pasé de maravilla contigo y siempre estarás en mi corazón (puaj! que tremendamente cursi y cliché sonó eso! Pero soy una chica de clichés, así que whatever)


-----------------Love just is---------------------------

jueves, 5 de agosto de 2010

Ganas de ti

Hoy traías una playera negra, y encima una camisa de rayitas. Al bajar, cada paso fue amplificado en mis oídos y la brisa de tu aroma impregnó el aire como si hubiera habido una explosión. Te sentaste en el sofá de enfrente y por más que te miraba embelesada, tus ojos se perdieron en algún punto del techo. Durante unos segundos, mientras a lo lejos estaba el murmullo de mi conversación con César y las constantes interrupciones de tu hermano, tuve tiempo de analizar cada rasgo y cada detalle de tu cara.
Tu cabello, alborotado, no muy abundante, en chinos negros que enmarcan tu rostro. Tu piel, de ese color indescriptible "caucásico". Blanco por definición, yo no he encontrado palabras para decirlo. Tus ojos cafés, tremendamente expresivos, de una dulzura radiante y de una severidad inverosímil, que lo mismo pueden provocarme pánico y tensión que ganas irrevocables de lanzarme a tus brazos y pedirte que estés conmigo el resto de la vida.
Por último, tus mejillas. No sé por qué, pero es mi parte favorita. Se colorean con demasiada facilidad, y son tan redondas cuando sonríes. Porque no importa cuán viejo te hagas, o todas las heridas que pudieran desgastarte con el paso de las experiencias, tus mejillas siempre serán las de un niño.

-Es por eso que Darth Vader es el mismo que Anakin...
-¿Qué? ¿De qué hablamos?

Dejé de mirarte como hipnotizada para ver todo el diagrama de Star Wars que César había dibujado en el pizarrón.

-Que Darth Vader es Anakin, eso explica el por qué es el padre de Luke Skywalker...
-Ay César, creo que acabas de spoilearme Star Wars...

Sonreí y seguí bromeando con César y tu pequeño hermano, sólo para observarte de reojo de vez en cuando. Iba a escribir que prometo no mirarte tanto, pero para qué hacer promesas incumplibles.