Saber que luego de que mi alma sea herida por gestos inesperados, luego de que mis lágrimas marquen su camino en sus mejillas, me espera una noche larga de teclas monocromas pero sonidos interminables.
Saber que cuando una ilusión inunda mi iluso corazón, el secreto será guardado por los valses y las canciones que componga. Así la apatía es aplazada por las emociones, el arrebato por los fortes, los recuerdos por pianissimo. Que si soy una persona impulsiva y pasional, es un regalo de la vida más que un defecto que arruine mi vida. Tengo en mis manos la luz de la melodía, el calor de la armonía, y al combinarlos surge el sentido de la vida.
Ahora que hay nada, que no significas, ni tú ni yo ni nadie, quedará la música para seguir respirando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario