jueves, 20 de octubre de 2011

La ventana dominical.

Todos los domingos Estepantla sale a su ventana y puede ver los tendederos de los vecinos. Mientras observa sus jardines llenos de camelinas y rosas corrientes, respira y piensa en olvidar. Se desconecta del mundo y analiza todos los sonidos como si escuchara el 4:33 de John Cage. Un rumorcito de viento, el goteo de la ropa escurriendo, un camión allá a lo lejos y la respiración de su gato echado en la hierba.
Luego de largas horas de inmovilidad, Estepantla siente los rayos del sol tostarla, darle un poco más de canela al azúcar de su piel. En ese momento entra de nuevo a la casa, decepcionada de que en busca de respuestas lo único que ha encontrado son más preguntas.

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