Esté donde esté, pero fría.
Estepa con aire de páramo abandonado,
el sur con su clima seco humedecido.
Imagino tus ojos de selva
ojos de ceiba, ojos de jaguar,
que se que me miran y me piensan
desde tu propia habitación vacía.
Altar de una sola vela,
espíritus que vuelan por las carreteras
Mis brazos con piel de gallina
resienten tu ausencia soledad
Palabras en lenguas olvidadas
me llevan hasta la habitación vacía
los ecos de tu silencio,
que retumban y me rompen los tímpanos
Tu alma siendo hecha de pura seda,
tu alma es una habitación vacía.
Vacía de mí, vacía de mis llantos,
Vacía de mi vida que se me va y no te llega
Dime tú, ojos de río
¿De qué me sirve tanto desvarío,
si el resultado sigue siendo igual?
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