que me es imposible seguir escribiéndote poesía.
Lo difícil no es encontrar versos que dedicarte,
sino mente para traducirlos y ojo para escogerlos.
Arrebatas y te llevas mi imaginación de media tarde.
De media noche.
Sueños de media mañana que se pelean entre cerrar los ojos y saber que ya es imaginación consciente.
Intencionada.
Intencionalmente ponerte aquí a mi lado y justificarme con el argumento de lo onírico e involuntario. Llevar los escenarios a situaciones peligrosamente surrealistas, tener todo el espacio de mi mente para correr la cinta de lo nunca sucedido.
Entonces verte. Verte y sentirte cerca. Verte y sentirte cerca para contemplar lo que hemos sido y lo que aún podemos ser.
Entonces ver el calendario y maldecir a enero por tener de por sí tantos días y luego treinta y uno.
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