miércoles, 27 de enero de 2010

Odio que me hables para no hablarme

Odio que me hables para no hablarme
Que pesar de la distancia pueda sentir en mi tu mirada de hielo y sangre hirviente
Poder sentir tu rechazo en el mío, que se me hiele el hígado al destruirse el tuyo.

Odio cuando me preguntas como estoy.
Se presta siempre a preguntar cómo estás tú.
Y no quiero saber una vez más la causa de tu tristeza.

Pequeño del amor, tú no lo sabes
tú no puedes saberlo todavía...
que sí me conmueven tus ojos y el ángel de tu boca fría!

Has quedado grabado como piedra azteca
Has dejado detrás canciones y recuerdos
Has tocado la esencia pura del negro aciano
Ahora imposible que sea yo como hielo instantáneo

A veces pienso que es sólo egoísmo
inseguridad, lo que fuere excepto amistad
a veces pienso que es blanca venganza
en contra del espectro desconocido

Lo cierto es que ahora espero una sonrisa
Notas de piano y sueños ebrios desubicados
quiero escuchar la rareza compartida
y comentarios de historias absurdas

Quiero que lo que nunca fue sea imaginación y no recuerdo
podría decir que quiero cambiar de idea
pero ¿para qué mentir con la mentira que me han dado?
Sonríe, y dime que me has olvidado



.....................
Y te diría te quiero
pero siempre está de más

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