jueves, 29 de diciembre de 2011

Solamente una vez.

Gracias a las olas,
que silencian mis suspiros.
Olas, remedios sonoros de sal
que intentan llevarse mi deseo.

El cielo pinta el recorrido de tu aroma.
Incoloro me sabe a agua,
con tu tinta me sabe a azúcar.

Dibújame con tu sonrisa
que no existo sino en tu mirada.
Píntame en un beso de tinta china,
sombra, textura y volumen con la marejada.

Gracias a la ausencia de luna,
que oculta mis desvaríos.
Siento la falta de tu mano en mi cintura,
mis dedos en la arena, fríos.

Elévame con dos palabras,
mátame con un “no te quiero“
¡Véte, desaparece sin avisarme!
Y verás como lento muero.

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