martes, 9 de marzo de 2010

Seguridad y calma

Comparaciones las hay como gotas en la lluvia vespertina
como notas en un universo musical. Al escuchar tu débil melodía entre gritos de desesperación, lo supe. Lo supe al ver notas de luz entre sangre coagulada. Al ver un asomo de ilusión en las cicatrices de heridas pasadas. No sé si sueno dramática, en realidad no me importa. Tienes la capacidad de hacerme sonreír cuando la vida no vale nada, sabes obtener el brillo en mi mirada cuando todo se acabó.

Y siempre pienso que hemos crecido. Pienso que nada es como antes, que ambos cambiamos y nos mantenemos firmes a las lecciones aprendidas. Me veo diario en el espejo como un ente multifacético y siento que he dejado de ser por fin el mar de lágrimas del que tantas veces me salvaste de ahogarme.

Pero al final seguimos igual. A pesar de ser unos tantos centímetros más alta y usar maquillaje en los ojos, el llanto vino igual a mis mejillas. De nada valieron tantos premios y diplomas colocados estratégicamente para estos casos. Me sentí simplemente aire. Aire inrespirable.

Pero al escuchar tu canción todo cambió de color. Al decirme la idea que representaba en tu mente, seguridad y calma, todo se volvió sencillo. Seguridad y calma. Lo que tú ves y lo que me falta. Como me veo, como me ves, y quién soy.

Para Claudio

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