sábado, 30 de octubre de 2010

Now I know her name

Desde que esas tres sílabas que difícilmente pueden ser consideradas un nombre llegaron a mi conocimiento, no he dejado de pensar.
Pensé en que lo mejor para mi será la distancia de todo. Con todo me refiero a todo aquello que ocupa espacio en mi mente y que me aleja de mis obligaciones.
Justo en este momento debería dejar de pensar en fiestecitas de halloween e irme a dormir, o ya si de plano no estoy de humor para ello, ponerme a adelantar toda la tarea que se supone debo terminar mañana.
Quizás me ponga a escribir, a hacer algo de más utilidad que estar aquí pensando en ti.
Me alejaré sobretodo de ustedes tres, no porque en mi mente no haya más espacio, sino porque sus mentes no tienen ya espacio para mi.
Después de todo, este juego termina como siempre supe que terminaría.
Ahora sólo me pregunto qué gané de todo esto. Me pregunto que hubiera pasado si mis delirios hubieran sido verdaderos y de todos modos hubiera llegado a mis ojos su nombre. Me pregunto si todo aquello que dejé pasar, ir y venir, habrá roto ya por completo lo que era, y ahora sólo soy pedazos de pasado.
Ahora que se su nombre todo cambia.

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