sábado, 30 de octubre de 2010

No tienes sabor

Odio tu recuerdo porque no tiene sabor.
Ni porvenir.
Quizás porque era el porvenir el que podía hacerte dulce,
ácido o amargo.
Pero como no existe, tampoco me sabes a nada.


Cuando te conocí, ni siquiera supe definir el color de tu luz.
Las ondas de tu voz pasaron como rayos de pasmo
que me atarantaban al punto de confundir las palabras.

¿Por qué no puedo simplemente sacarte de mi cabeza?
Mi mente busca en sus memorias todas las pruebas existentes
Y yo no puedo identificarte ni con sal

No hay comentarios:

Publicar un comentario