lunes, 7 de septiembre de 2009

Sonreír es fácil cuando estás en mi mente

Así como una línea negra en una gran hoja blanca, que al sentirse perdida se alarga, se curvea, da vueltas y busca su destino. Así como una gota de lluvia que cae al vacío, que siente su pequeñez y se balancea al compás del viento que la trae directo a mi mano. Así miro yo al cielo, que ya es la enésima vez que descubro que es azul y me sigue fascinando. Mis ojos ven todo excepto a sí mismos, pues son sólo reflejo y herramienta de la mente. Pero sé que si pudiera verlos los vería brillar, y si mirara hacia adentro podría ver mi corazón latir más a prisa cuando pienso en tus labios, mi estómago retorcerse en nervios cuando te hablo, la electricidad recorriendo toda mi piel cuando te miro.

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